Nos trasladamos al popular barrio de Lavapies para concluir esta breve entrada dedicada a los nombres de las calles de Madrid con una historia un tanto oscura y siniestra.
Tras la expulsión de los judios, decretada por los reyes Católicos en 1492, la judería que había estado situada en la zona durante siglos, fue rápidamente cristianizada. Pero con la cristianización también llegarían las casas de lenocinio, que rápidamente se instalaron en las calles del nuevo barrio. Unos locales en los que se producían a diario escándalos y altercados, que hacían realmente incómodos la convivencia y el día a día de los vecinos. Ante tal situación, Simón de Rojas, fundador de la Congregación de los Esclavos del Dulcísimo Nombre de María trato de convencer en numerosas ocasiones a las prostitutas para que abandonasen su actividad, unos intentos inútiles que siempre terminaban en insultos y amenazas.
Harto de esta situación, y haciendo buen uso de su posición en la corte, no dudo en dirigirse a Felipe II, para pedirle que ordenase el derribo de tan conflictivos locales, a lo que el monarca accedió gustoso. El escándalo y la sorpresa vendrían con el tan ansiado derribo, ya que entre los restos se encontraron un gran numero de cadáveres enterrados y emparedados, tanto de adultos como de niños. Sin duda un macabro hallazgo ante el cual, Simón de Rojas no pudo evitar reaccionar exclamando ¡Ave María!, dando a partir de entonces nombre a la calle.
No hay comentarios:
Publicar un comentario